junio 2012

Un Hopper de pago

Edward Hopper
Hasta el 16 de setiembres puede verse en el Museo Thyssen una retrospectiva del pintor Edward Hopper. «Habitación de hotel» (1931), el cuadro escogido para promocionar la exposición, se utilizó para la cubierta de mi novela Un hombre de pago (Umbriel, 2006). En el cuadro, una mujer lee, sentada en una cama en ropa interior. En la habitación sólo están ella y sus maletas. Ha dejado sobre la butaca el abrigo; el sombrero se encarama sobre la cómoda; los zapatos, tirados en el suelo. La mujer no está leyendo un libro: está consultando un horario de trenes, según indica la guía del museo. Con este recurso, el artista subraya la idea de desarraigo.  La pintura de Hopper propone, detrás de su facilidad aparente, varias lecturas. Sus cuadros son agradables, comprensibles, populares… pero el mensaje subyacente es oblicuo y a menudo desasosegante. Me gustaría pensar mi obra de ficción de ese mismo modo.

«Habitación de hotel» no fue la primera opción, pero al final se eligió sobre otras propuestas de talante distinto. La cubierta ha dado lugar a múltiples anécdotas. Para empezar, la misma obra se ha empleado como recurso para muchas otras portadas, tantas que incluso celebramos con los lectores una especie de recuento-concurso ; no fuimos los únicos en buscar repeticiones.

La portada dio lugar también a conversaciones bonitas.  Me emocionó este comentario de una lectora, que otro lector, con motivo de la exposición en el Thyssen, me ha recordado ahora:  «Quería dejar constancia de una anécdota que sucedió el fin de semana pasado. Viajamos a Madrid con unos amigos italianos que tenían interés en visitar el Museo Thyssen. Cuando pasamos frente al cuadro de Hopper, el mismo que has utilizado para la portada de tu novela, mi hijo de 10 años dijo entusiasmado: «Mira mamá, un hombre de pago!».

A la portada de Hopper le han seguido otras, en las ediciones posteriores  e internacionales de la novela. La última, para la traducción al inglés, es obra de la ilustradora Begoña Chezz y puedes verla en Amazon.

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Autor 2.0: Nueva descripción del puesto de trabajo

Hoy, para un autor, escribir ya no es suficiente. Teniendo en cuenta que el principal reto al que se enfrenta un libro es la invisibilidad, los autores tenemos que dedicar esfuerzos crecientes a apoyar nuestra obra, en solitario o junto con la editorial. Como afirma la editora Zetta Brown: “Te doy una pista: si no estás dispuesto a promocionarte y a promocionar tu trabajo, no hace falta que mandes ningún manuscrito”.

La autora Jenny Blake creó y difundió el Excel bautizado como “La hoja de cálculo definitiva sobre Marketing editorial” (ingl.), en la que de forma meticulosa organizaba todas las tareas necesarias para promocionar su libro. Ella misma indica que después de trabajar cinco años en Google se convirtió en una fanática del orden, como lo muestran las quince (¡15!) pestañas de su Excel. Esta panorámica de las tareas asociadas al oficio de escritor hoy incluye:

  • Promoción on-line
  • Promoción off-line
  • Desarrollo de negocio (desarrollo de las  plataformas on-line del autor)
  • Acuerdos  de colaboración
  • Preparación para el lanzamiento del libro
  • Desarrollo personal (adquisición de nuevas competencias)
  • Consultas al editor
  • Diagrama de Gantt con hitos destacados del  proceso
  • Tareas relacionadas con la gira promocional
  • Ciudades que va a visitar
  • Personas vinculadas a la gira promocional
  • Distribución de ejemplares previa al  lanzamiento
  • Distribución
  • Presupuesto
  • Relación con la empresa (para autores que trabajan por cuenta ajena).

La lista puede parecer exagerada.  Personalmente creo que no lo es. Loa autores no dedicamos la misma intensidad a todas las tareas, pero sí tocamos cada vez más teclas.  Si existiese una “descripción del puesto de trabajo” para escritores, ésta se correspondería cada vez menos con la imagen idílica de pasarse el día  escribiendo junto a la ventana.  Como indica el autor y hoy editor Seth Godin, antes “el autor tenía un trabajo. Escribía libros (…) En un futuro, el autor hace de (…) ‘chico para todo’ en un proceso que no termina nunca”.

En ese futuro, mi apuesta es que los autores intentarán delegar estas tareas (bien en su editorial, bien en nuevos perfiles profesionales), de modo que puedan reservar su tiempo y capacidad de atención para el acto de escribir.

Del nuevo rol del autor me he ocupado en Marketing para escritores. Es uno de los temas que trataremos en el curso Libro 2.0 en Barcelona los próximos 11 a 15 de junio (hashtag para Twitter: #Libro 2.0).

 

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