Vive 50

He celebrado mis cincuenta viviendo cincuenta experiencias singulares a lo largo de un año. Las he recogido en el libro «Vive 50», para animar a otras mujeres a que celebren así su vida.

Visibilidad para veteranos/as


“La veteranía es un grado” es una frase que pronunciamos los veteranos.  Aunque no me asocio con el adjetivo “veterana”, porque me recuerda a “provecta” (a su vez sinónimo de “maduro, viejo, caduco”), sí siento que a menudo el valor de la experiencia sólo computa para quienes la tienen. Mejor dicho: la tenemos.

Ahora vendría la queja de “vivimos en un momento en que la sociedad valora sólo la juventud”. En inglés existe el término ageism para designar la discriminación por razón de edad que hemos traducido por el tremendo «edadismo».

Desde luego no considero mi edad una condena irrevocable. ¿Qué vas a hacer? ¿Quedarte en un rincón? Porque lo cierto es que hoy a la “provecta” edad de cincuenta años eres invisible. Si eres mujer, la invisibilidad se acentúa.

Lo cierto es que de no haber sido quienes fuimos no seríamos quienes somos. Como apuntaba Oscar Wilde, “no puedes conseguir experiencia a cambio de nada”. Sin vida no hay experiencia. Más que tenerla, hemos pasado por la experiencia.

¿Cuántos años tienes? ¿Qué tal los llevas? ¿Cómo gestionas tu visibilidad? Visibilidad y veteranía: la cuestión es difícil, pero es necesaria. A nuestra edad, no basta con tener una opinión. Tenemos que darla. Por eso y para eso necesitamos primero ser visibles, porque sin visibilidad, no nos prestan atención.

La imagen retro procede de este pin.

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Vive 50 en primera persona

Vive 50 AudiolibroUna noticia me alegra en medio de tanta desolación.

Hoy se publica la versión audio de Vive 50. Cambiar de vida sin cambiar de barrio.

La idea de escribir Vive 50 surgió cuando no pude celebrar mi fiesta de cumpleaños soñada.

De la imposibilidad y de la frustración nacieron un montón de experiencias bonitas. El audiolibro lo es y me alegro mucho de anunciarte que ya lo tenemos aquí.

La autobiografía está locutada por su autora, que vendría a ser que yo misma te cuento mi vida.  Un gran gracias a NayckTube por haberme asistido en la grabación en los estudios de Tecnison Eclair y al equipo de Storytel por esta nueva posibilidad de colaboración.

El mantra de mi experimento Vive 50 fue «Confía y disfruta».

En las actuales circunstancias, este lema resulta casi insultante en su simplicidad.

Pero si algo aprendí en Vive 50 fue a decir sí a la vida.

Cuesta pensar que aparecerán nuevas oportunidades.

Pero aparecerán.

Cuesta pensar que superaremos el duelo.

Pero lo superaremos.

Cierro esta nota con un gran abrazo de CUMPLEAÑOS FELIZ a todas las personas que estos días celebráis vuestros 50.

Lo mejor está por venir.

Será distinto. Pero vendrá.

 

 

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Tres citas, tres

Personal Branding Lab DayLas tres son inminentes y de acceso gratuito:

El sábado 1 de diciembre se celebra una nueva edición on-line del Personal Branding Lab day. Diez horas dedicadas a la Marca personal. Mi ponencia será sobre las 17h y lleva un título un tanto críptico: Por qué tu empresa no es la que crees que es.

Barcelona. Este sábado 24/11 a las 12h presentaré en l’Ateneu Roig  mi novela Caída libre. Me hace especial ilusión este encuentro porque lo celebramos en Gracia, el barrio donde trascurre la trama.

Montornés. El lunes 26 a las 19h celebraremos el 50 aniversario de la Biblioteca pública de Montornés con los vecinos que este año cumplen los cincuenta. Hablaremos, claro, de Vive 50.

Ojalá que nos veamos en alguno de estos tres eventos.

 

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Orbita tu vida

solsticioEsta semana celebramos el solsticio: según el hemisferio en que te encuentres, hoy vivirás la noche más corta o más larga del año.

Esta semana cumplo 55 años. Han pasado cinco desde que comencé mi proyecto Vive 50. Lo terminé, lo escribí, lo publiqué y se ha convertido en un Club.

Esta semana se cumplen 50 años desde que Valentina Tereshkova se convirtiera en la primera mujer en orbitar el espacio exterior. Tereshkova salió de misión sin saber si regresaría pero, a pesar de la precariedad de medios, regresó.

Nosotros también regresamos: a nosotros mismos. El solsticio es un buen momento para valorar lo que hemos hecho y decidir qué queremos dejar de hacer.

Estoy satisfecha con este año.

He publicado un libro para animar a las mujeres muy ocupadas a escribir (los hombres son bienvenidos).

Mi novela Caída libre ha ganado el premio Marta de Mont-Marçal. Esta semana se ha hecho pública la cubierta (la puedes ver en este enlace). La novela está protagonizada por una mujer de mi edad: si queremos ser visibles, tenemos que escribir nuestros propios papeles.

Estoy terminando el guion para una audio serie Original de Storytel. El proyecto ha supuesto un reto importante: el formato es nuevo (escribir para ser escuchado) y el tema es oscuro.

Continuo disfrutando mucho con mis conferencias y clases, aquí y este año también en Perú, sobre Gestión de la visibilidad y ahora, además, sobre la relación entre la escritura y la gestión.

He tenido la alegría de ser maestra de ceremonias de la promoción 2014-2018 de Ciencias Políticas y Sociología de la U. Autònoma de Barcelona, que es mi alma mater.

Si me pregunto qué quemaría de este año, concluyo que pocas cosas. Quemaría sobre todo los miedos, propios y ajenos.

El antídoto al miedo, una vez más, lo encuentro en las palabras del mitógrafo Joseph Campbell:

Follow your bliss. Persigue la felicidad.

¿Por qué?

Así explicaba Campbell la razón de este consejo:

«Si persigues la felicidad, te sitúas en una especie de camino que siempre ha estado ahí, esperándote, y la vida que deberías vivir es la que ya vives. Cuando entiendes eso, empiezas a conocer a personas que se encuentran en tu campo de felicidad y esas personas te abren puertas.  Persigue tu felicidad y no tengas miedo y verás como se te abren puertas cuya existencia desconoces».

El solsticio es un buen momento para orbitar tu vida. ¿Con qué te quedas? ¿Qué quemarías tú?

La imagen es de la ilustradora Malika Favre.

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El color del año

color del añoPantone ha anunciado que el ultravioleta 18-3838 será el color del año 2018.

Desde el 2000, la empresa convoca dos reuniones internacionales anuales, donde se decide en secreto el tono que mejor resume el momento. En esta ocasión el escogido es el ultravioleta, por original, místico, complejo y visionario. Me encanta que la portada de mi Vive 50 se adelantara a su tiempo utilizando monocromáticamente este tono: Las mujeres 50+ somos así.

Si el ultravioleta Vive 50 es tu color, Save The Date para el Vive 50 Open Party el próximo 25 de enero. Hasta entonces te acompañan el libro y el ebook.

¡Felices Fiestas y ultravioleta Año nuevo!

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Tu historia es tu marca

Tu historia es tu marca.

Los temas que elegimos y el punto de vista que adoptamos nos posicionan ante quien nos escucha. Por lo tanto, podemos afirmar que nuestra historia forma parte indeleble de nuestra marca personal.

No todas las historias buscan lo mismo. Hay historias que curan e historias que hieren.

La de Francine Cristophe cura. En este video la octogenaria recuerda con entereza su viaje. La estrella amarilla, demasiado grande para una niña judía que a los ocho años es deportada a un campo de concentración; la decisión heroica, alentada por su propia madre, de dar lo único que tenía –un trozo de chocolate- a una parturienta. Como, muchos años después, una desconocida se presenta ante ella, le entrega una tableta de chocolate y le dice: “Yo soy el bebé”.  Esta narración nos devuelve la fe en la dignidad del ser humano.

Hay historias que hieren. Suelen ser narrativas identitarias, construidas sobre el concepto de “el contrario”, entendido como “el que no es como yo”. Responden a la disyuntiva “ellos o nosotros”.  Se anclan en el pensamiento único y asfixian la conversación.   En otros casos, son historias que simplifican la realidad en estereotipos. Lo expone maravillosamente la escritora Chimamanda Adichie cuando habla del peligro de la «historia única».

Con el año nuevo vivimos un momento de esperanza. La esperanza, que el académico francés Jean D’Ormesson describió como “la hermana pequeña del dolor”, nos permite confiar en que nuestro viaje –nuestra historia- dará un giro.

Estás en tu derecho de contar el mundo y la vida como tú los ves. Estás en tu deber de asumir el efecto que tu historia, que se suma a las miles que hoy nos contamos, tenga en tu marca y nosotros. Eres responsable de tu historia. Ese es el gran privilegio que tú y yo tenemos como seres humanos.marca personal

Gracias por recorrer conmigo este año. Para mí ha sido importante porque he publicado mi historia personal, Vive 50, el relato autobiográfico con el que he cerrado un círculo que comenzó en una crisis a los cincuenta y terminó en un proyecto vital al que ahora se suman otras personas.

Nos leemos pronto.  ¡Felices fiestas!

 

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¿Demasiado mayor para ser visible? El techo de plata

¿Demasiado mayor para ser visible?“Durante una parte significativa de mi vida, el hecho más relevante sobre mí fue que era divorciada. Ahora lo más destacable es que soy vieja”.

La escritora Nora Ephron trazaba así de mordaz la relación entre vejez y visibilidad. Al final la edad la definía, incluso a alguien tan vital como ella, una mujer que en esta entrevista recomendaba cambiar de empleo cada 10 años para mantenerse “fresco y actualizado”.

A más edad, menos visibilidad. Menos oportunidades. En inglés existe desde 1969 un término, ageism, para designar la discriminación por  razón de edad. El término se revisó en 2009 y hoy indica que una persona mayor es desfavorecida –o favorecida- por su edad. Es decir, el péndulo oscila en ambos sentidos. Me fijaré en el más común: que la edad sea vista como un demérito.

La manera más cotidiana y sutil de discriminar a alguien es no prestarle atención. No verle. Cuando las actrices quejan de que no hay papeles para ellas más allá de los 40, apuntan a un problema de individuación. Si no hay papeles para señoras de esta edad, es porque estas señoras no tienen ningún papel que desarrollar. No son –no somos-visibles. Sólo nos queda reírnos del tema.

Ésta es una de las razones por las cuales he escrito Vive 50: para poner la edad en perspectiva y en valor.  Hacerlo requiere -al menos para mí- salir de la propia zona de confort. En mi caso, me propuse vivir 50 experiencias en un año que me llamasen la atención a mí y me ayudaran a crecer como persona.  Otros autores proponen escoger un nuevo hobby con una intención clara de mejora (este autor escogió el tenis a los 63 años). ¿Quién habla del miedo al ridículo, si nadie te ve?

Parto de mi mantra: «El talento que no se ve, se pierde «. ¿Dónde quiero ir a parar? A que si tú mismo no te ves, no puedes pedir a los demás que te vean.  Y no está el mundo como para ir desperdiciando talento. De ahí mi agradecimiento especial a Juan Carlos Cubeiro, Head of Talent en el grupo ManPower, por haber reseñado el libro.

Creo que la invisibilidad por edad afecta a mujeres y hombres. Y creo que la tensión entre visibilidad y edad se supera por la vía del talento. A ver si entre todxs fundimos el techo de plata.

Gracias por comentar y compartir.

PD: Recuerda: Si ya tienes tu libro o libreta Vive50, hazte un selfie y ya tienes tu pasaporte para nuestro grupo #Vive50 en Facebook.

PD: La ilustración procede de este pin.

 

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Puedes externalizar tu maquillaje, pero no tu audiencia

El jueves pasado presenté Vive 50, mi libro sobre el reto de realizar 50 experiencias a lo largo de un año.

Para sacar adelante la presentación, externalicé un montón de tareas. Todas las que pude. Ya puesta, externalicé incluso el maquillaje. Créeme: si vas a presentar un libro sobre la cincuentena, quieres aparecer con la mejor imagen y para eso el apoyo de Patricia y Noly fue fundamental. En resumen, busque todos los apoyos que pude, en todas las áreas que pude… salvo en una.tu audiencia

La relación con la audiencia es una tarea que creo que no se debe externalizar, o no del todo, si quieres que la visibilidad de tu proyecto (llámese libro, campaña o marca) se ajuste a tus valores de marca.

A veces mis clientes querrían delegar por completo su visibilidad. Que de su libro se ocupe otro. Que promocione otro. Esta posición es limitativa por una sencilla razón: Nadie sabe más de tú, de tu producto o proyecto, de tu libro, que tú. Si tú eres la principal fuente de información sobre ti mismo, es tu responsabilidad dar la versión oficial de ti mismo. Y también lo es comprender, con mayor o menor cercanía, los sentimientos, las necesidades y los argumentos de las personas a las que te diriges.

Las cartas del presidente

Estaremos de acuerdo en que el presidente de los EEUU es una persona ocupada, con escaso o nulo tiempo para responder, leer siquiera, las cartas que recibe.

Bien. En la administración Obama cualquier ciudadano puede dirigirse al presidente, por email o correo postal. La Casa Blanca recibe miles de mensajes a diario. Cada día su equipo selecciona 10 de estos mensajes y los traslada al presidente.  Este ritual le permite conectar directamente con los ciudadanos, más allá del aislamiento del cargo.

Con ayuda

El presidente cuenta con una infraestructura específica, la denominada «oficina de correspondencia presidencial». Tú y yo podemos contar también con ayuda: para eso están perfiles profesionales como los asesores de comunicación y de marketing o los community managers. Estos expertos nos ayudan a optimizar la visibilidad. Sin embargo, de un modo u otro, te interesa tomar personalmente el pulso a tu propia audiencia.

Sólo si conoces de primera mano, en todo o en parte, lo que interesa o preocupa a tu público, podrás saber si tu comunicación va bien encaminada.  Toda la ayuda que puedas recibir es poca pero, recuerda: la responsabilidad –y, para mí, el privilegio- de conectar con tu comunidad es tuya.

Si ya tienes el libro o la libreta Vive50, ya tienes tu pasaporte al grupo #Vive50 en Facebook, que gestiono personalmente. Allí nos leemos también.

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La resistencia: síntomas y soluciones

resistenciaLas tres frases que se pasean por mi mente en estos días son:

“No sé por qué me meto en estos berenjenales. ¿Qué necesidad tengo de explicar una vivencia tan privada? ¿Y si no se entiende bien?”

Este sonsonete está provocado por la publicación inminente de Vive 50, mi próximo libro. Vayamos por partes. Estoy encantada. Adoro la portada y me encanta la editorial pero… Hay un pero. Una parte de mí se resiste a la publicación y a la promoción como gato panza arriba.

Esta resistencia es en realidad un mecanismo de defensa, con el que nuestro cerebro reptiliano quiere protegernos de riesgos percibidos. En mi caso, intuyo que quiere “pre-protegerme” de posibles críticas. Ese es mi dragón particular.

Escoge tu propio dragón

Cada persona se enfrenta a su propia forma de resistencia. Pienso en un colega que huye de su propia grandeza refriendo ideas ajenas en vez de atreverse a exponer las suyas. Al hacerlo, se empequeñece: pierde él y con él, todos.

La resistencia es el pan de cada día para los escritores y en general para cualquiera que opere en la nueva economía, donde los trabajadores estamos más solos y más expuestos. La resistencia camina de la mano de la visibilidad.

El escritor Steven Pressfield escribió en su imprescindible The War of Art lo siguiente: “En el campo del ego se encuentran un caballero y un dragón. El caballero eres tú. El dragón es la resistencia. Es necesario librar la batalla  cada día”.

Síntomas

He ampliado este listado dirigido especialmente a los escritores.  En realidad basta con sustituir “libro” por “ proyecto”, ya sea montar tu empresa o terminar el master. Las formas de resistencia son universales:

  • No tienes tiempo que dedicar a tu proyecto.
  • Siempre encuentras una excusa o explicación para tal imposibilidad.
  • Esperas que sean los demás quienes te señalen cómo proceder.
  • Cada vez que comienzas un proyecto, surgen otras posibilidades y te distraes.
  • No terminas los proyectos que comienzas.
  • Dedicas un tiempo excesivo a la “preparación” (documentación, compra de materiales) y no avanzas en la ejecución.
  • A menudo hablas de tus ideas en lugar de desarrollarlas.
  • Crees que tus ideas no son buenas ni originales y que por tanto es mejor usar las ajenas.
  • Te rodeas de personas que te desaniman o critican, reforzando así tu creencia de que no vale la pena el intento.

Soluciones

Al final, la manera de hacer frente a la resistencia es… esperar. Espera exactamente 9 segundos, que son los que tarda el cerebro reptiliano en entender que la amenaza no es tal. Me lo recomendó mi terapeuta y … ¡funciona!

Pasados los nueve segundos críticos,  te pones en marcha. Actúa. Realiza la acción más pequeña posible que te acerque al objetivo. Da igual que te parezca una minucia: cuánto más pequeña, menos fricción. Lo importante es ponerse en marcha.

 

Si tu resistencia adopta la forma de “no tengo tiempo”, dedícate tres horas y ven a la 2ª edición del Taller de escritura para Mujeres muy ocupadas el próximo 1 de octubre. Lo convocamos en sábado precisamente para favorecer la participación. Tienes margen de sobra para organizarte. ¿A qué esperas? La acción más pequeña que puedes realizar ahora es hacer clic en este enlace.

¿Cuál es tu truco para vencer a la resistencia? Gracias por compartirlo en los comentarios.

 

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