Montse, la quiosquera de mi calle, es una de esas lectoras que dejan huella. Y no sólo por lo que llegan a leer. Me refiero, en concreto, a «huella gráfica».
A raíz de la publicación de Una mujer como tú, Montse no cejó hasta tener ejemplares en la tienda. Su quiosco, como la mayoría, ofrece libros a los clientes pero por razones de espacio el surtido es limitado. Muy limitado. Tan limitado que cuando llegaron a la vez La mano de Fátima y el último Larsson, el colapso era inminente.
Le dije a Montse que por favor no se sintiera obligada a mantener Una mujer como tú en el escaparate. Me dijo que ni hablar y montó su peculiar trilogía. Aquí está, por cortesía de la propia Montse, la trilogía imposible:
Suscríbete y haz que tu talento sea más visible.
Gracias por esta bella dedicatoria, a mi y a mi quiosco. Tu sabes que tanto un Hombre de pago, como Una mujer como tu,me han gustado mucho. Por favor no dejes de escribir. Muchos besos.
Eso es tener comunidad, y lo demás son gaitas.
Por primera vez que puedo decir que me he leído un escaparate entero… ¡Es genial!… Y sí,también me gustaría ver «Una mujer como tú» en la gran la pantalla. ¿Por qué no? ¿Qué tal Ruth Gabriel en el papel de Ruth? ¿Y Charo López haciendo de su madre? No sé, sólo son ideas…