Una de las principales responsabilidades del escritor/a es decidir.
El proceso de escritura implica tomar decisiones constantemente. Tendrás que:
– decidir sobre qué vas a escribir,
– si escribes ficción, decidir sobre la trama y los protagonistas, decidir en qué género se inscribe tu obra,
– en no ficción, clarificar el mensaje,
– decidir cuándo vas a escribir y qué dejarás de hacer para disponer de ese tiempo,
– decidir si vas a autoeditar o a publicar con una editorial (esta infografía muestra lo que tendrás que decidir en cada caso),
– decidir cómo vas a promocionar tu libro (aunque lo publique una editorial convencional, tú también tendrás que promocionar),
– decidir qué narrativa vas a crear y creer cuando veas los resultados: cómo sabrás si has tenido éxito y cuándo considerarás que has fracasado.
Algunas de estas decisiones son sencillas, incluso orgánicas: la historia que surge y pide que la escribas sin que conscientemente hayas hecho nada para inspirarte. Otras decisiones -sobre todo las de negocio- tienen una incidencia directa sobre tu trayectoria.
¿Se pueden delegar estas decisiones? Se puede en ocasiones, sobre todo si trabajas con una agente. En cualquier caso, la última palabra la tienes tú y forma parte indisociable de tu perfil como escritor/a. En palabras de Maya Angelou: “Tomar la decisión de escribir se parece mucho a decidir que vas a meterte de un salto en un lago helado”.
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