De la mujer

Del príncipe azul a la autosuficiencia

La revista Yo Dona publicó el sábado en su número 267 la tertulia «¿Dónde está el hombre ideal?».  Participé en el debate junto con la periodista Esther Esteban, Gloria Juste, Presidenta de la Fundación Mujer, Familia y Trabajo y la actriz y empresaria Blanca Marsillach.

Aún siendo las tertulianas de perfiles bien diversos, coincidimos en la conclusión: la pareja ideal no existe. De hecho, cuestionamos la propia existencia del concepto, por trasnochado. Hoy las mujeres buscamos más un compañero de vida que un «salvavidas», una persona con quien evolucionar a la par.

Como contrapunto, ayer participé en el programa Plaza Nueva de Radio Vitoria. El título concreto: «Mujeres y madres autosuficientes«. Me precedió la representante de la Asociación de Mujeres y Madres Autosuficientes. Este colectivo agrupa a mujeres que no tienen pareja y que se apoyan mutuamente en la vida cotidiana. La asociación es muy activa. Ante la lacra social de la violencia de género, ofrece cursos de autodefensa a sus asociadas y organiza patrullas cívicas contra la inseguridad.

Las dos entrevistas me dieron una pauta de la distancia que hoy puede mediar entre la mujer y el hombre: la que va del príncipe azul a la autosuficiencia defensiva. Es hora de una reflexión compartida, porque está claro que las cosas no son como eran, pero no está nada claro como serán.

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El presidente y la primera dama: Una paradoja

El presidente y la primera damaTradicionalmente, al terminar su mandato los presidentes de EEUU publican sus memorias. No son los únicos: desde Lady Bird Johnson (y con la excepción de Pat Nixon), las primeras damas también.

La última autora de esta peculiar categoría es, por supuesto, Laura Bush, cuyo Spoken from The Heart se encuentra ya en librerías. Esta es la razón para el ensayo que Craig Fehrman publica en el New York Times y que concluye con una paradoja interesante.

Según Fehrman, tradicionalmente las memorias de las primeras damas venden más que las de sus maridos. Sin embargo, éstos reciben anticipos notablemente superiores. Es decir, las editoriales, aún sabiendo que ella venderá más que él, le ofrecen a él el contrato más ventajoso. En el caso de los Bush, Laura Bush habría recibido 2 millones de dólares frente a los 7 millones de su esposo.

El razonamiento podría ser que, siendo el presidente una figura más visible que la primera dama, debería vender más. Y, sin embargo, no es así. Quizás los lectores deseen informarse sobre «la otra cara», los aspectos domésticos o privados de la vida en la Casa Blanca. Lo que «no se ve».

Sin visibilidad no hay venta y, no obstante, aquí vende  más el miembro menos visible de la pareja. Y cobra menos.

Sobre visibilidad  hablaré este jueves en Barcelona, en la sesión «Talento femenino y nuevos liderazgos»  del Congreso Internacional de Directivas y Profesionales She Leader 2.0.

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1 y de 2 Mayo: Días Nacionales de la Conciliación

Por ironías del calendario, el próximo fin de semana celebraremos el Día Internacional del Trabajo y el Día de la Madre.  1 + 2  de mayo= ¿Conciliación?

En vez de un perfume deberíamos proponer como regalo una conversación, para ver si y cómo avanzamos -nosotras y ellos- hacia un mejor desarrollo integral que no se base en la palabra «renuncia unilateral».

Y cito: «Ser trabajadoras, amas de casa y madres es una  (…) forma de vivir que acaba pasando factura. Nervios, estrés, ansiedad, sentimientos de culpa, insomnio, dolor de espalda, piernas pesadas y trastornos digestivos son algunos de los problemas que aparecen en estas mujeres».

La fuente de esta reflexión no es un oscuro grupo militante. La cita procede de… la revista Hola de esta semana (irónicamente también el título del artículo central es «Beneficios de la maternidad»). El estado de opinión existe, existe la conciencia de que no podemos llegar a todo sin pagar un precio.

Vista la coincidencia excepcional de fechas, propongo que declaremos el próximo fin de semana «Días Nacionales de la Conciliación» y pensemos cómo reducir la distancia que media -cada día- entre el discurso social y la realidad personal.

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Por qué las mujeres mandan emails de noche

Chicas, ¡hoy es el día! Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, llevamos ya varios leyendo y escuchando reflexiones diversas a propósito de nuestra vida laboral (i.e. nuestros sueldos inferiores) y nuestra (limitada) visibilidad. Además, los medios proponen reportajes en los que las mujeres que «han llegado» miran a la cámara, que las identifica como quien identifica un cobaya o una pieza exótica. Ellas son la prueba de nuestro «yes, we can».

La mayoría de las reflexiones están escritas por mujeres. Es normal. Es a nosotras a quienes más preocupa el desequilibrio social y económico. A mí me preocupan dos cosas más:

– El debate es puntual: hoy toca, pero incluso hoy, cuando toca, el mundo gira sin nosotras. No existe conciencia cotidiana de la desigualdad. Échale un vistazo a la agenda de actos de tu ciudad hoy. Preguntas clave: nº de actividades lideradas pos mujeres; nº absoluto y porcentaje de mujeres participantes en dichas actividades.

– El debate no es compartido. Creo que sólo saldremos de ésta si trabajamos con los hombres. Creo que muchos hombres están de acuerdo. También creo que algunos hombres (y algunas mujeres) no lo están.

De todo lo leído, me quedo con la columna que ha publicado Mrs. Moneypenny en el Financial Times. Bajo este pseudónimo escribe una empresaria y profesora londinense. De su último artículo tomo prestado el título de este post. En él y partiendo de la reflexión de que las mujeres atendemos emails por la noche desde casa, la columnista da en la diana del problema cuando afirma: «Las mujeres pueden llegar tan lejos como los hombres, siempre que estén dispuestas a pagar el mismo precio. ¿Cuándo hemos oído hablar de un empresario de éxito que haya llegado a la cima y mantenido a la vez un equilibrio perfecto entre su vida profesional y personal? (…) La ausencia de mujeres no indica falta de capacidad, ni la existencia de una conspiración masculina para dominar el mundo. Sí muestra en cambio que las mujeres son listas: han averiguado lo que cuesta y no están dispuestas a hacer esos sacrificios».

Las mujeres no progresaremos mientras la progresión se produzca en un entorno con unas reglas tan duras para todos, hombres y mujeres. No se trata de cuotas, sino de contexto. Mientras la vida profesional se organice en sus parámetros actuales, no hay conciliación para nadie. Porque todo tiene un precio.

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«Todo tiene un precio»: Empieza la carrera

Todo tiene un precioLas pruebas de Biatlón en los JJOO de Vancouver me hicieron pensar que los escritores somos como biatletas pero al revés. Los olímpicos alternaban los tramos de carrera con las pruebas de tiro. Llegan al campo de tiro con las pulsaciones a mil y el reto consiste en serenar el ritmo y el pulso y concentrarse en la diana.

Yo voy al contrario. Pasó el tiempo concentrada, con la mirada puesta en la escritura, esforzandome por dar en el mensaje. Entonces llega la publicación y toca calzarse los esquís promocionales y salir a toda pastilla.

Todo tiene un precio se distribuye el 6 de abril. Falta un mes. La novela ya puede reservarse en Casadellibro.com y aparece en la nueva web de Planeta, todavía en beta.

¡A correr!

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RethinkHer: A las mujeres no hay que «arreglarlas»

RethinkHer¿Por qué un nutrido grupo de profesionales del Marketing se reunen hoy todo el día en Barcelona para hablar de las mujeres?

Los ponentes de la jornada RethinkHer han dado la respuesta: porque la mujer es quien toma el 80% de las decisiones de compra. Porque el potencial de la mujer como mercado es mayor que el de China e India … ¡sumados!

Las intervenciones a las que he asistido han sido ricas en reflexiones:

La mujer decide de modo distinto al hombre. Los códigos a los que respondemos son: el altruismo, la vínculación, la estética y el orden.  Las marcas deben apelar a esos códigos en su relación empática con la consumidora (Jane Cunningham y Philippa Roberts)

La principal transformación social y económica hoy radica en el ascenso de la mujer, tanto en formación como en el mercado laboral. Estos cambios afectan también a los hombres (vean este anuncio en el que  un coche se presenta como último reducto de la masculinidad). La inclusión me parece fundamental. El nuevo equilibrio debe tener en cuenta a unas y otros desde su especificidad. Avivah Wittenberg-Cox, para mí la ponente más lúcida, ha remarcado que las marcas no tienen que «arreglar» a la mujer.

No somos «hombres defectuosos». Somos distintas. Y no nos reconocemos en acciones publicitarias:

– que nos hacen sentir invisibles, proponiéndonos modelos que nada tienen que ver con nosotras,

– que nos estereotipan en roles subordinados al hombre,

– o bien nos masculinizan,

– o que deciden que «femenino» y «rosa» son sinónimos (Alberto Pierpaoli).

En esta economía femenina, las «nativas digitales» prefieren compartir a consumir (Caroline Foster Kenny).

Felicito a Gemma Cernuda por liderar la jornada (Gemma es una de las mujeres con más energía que conozco) y a Trnd por la profesionalidad del trato a los bloggers invitados, entre quienes me incluyo. La foto es de la intervención de Avivah Wittenberg-Cox y se la tomo prestada a Núria Antolí (diseñadora, por cierto, de este blog).

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Relevancia

El ajetreo de las dos últimas semanas ha sido tal que he decidido parar un momento y pasar mi vida a limpio.

La tanda empezó con una entrevista en el diario Público: «Yo soy lector digital«. A los pocos días y junto con Cristina Aced y Magali Benítez, conferencia sobre Visibilidad en la Escuela de Administración de Empresas. A la semana, sesión sobre Identidad digital en First Tuesday . El mismo día, en Catalunya Ràdio (el programa l’Ofici de Viure habló de las personas invisibles).

Estas son para mí las preguntas clave:

¿Lo que he dicho en cada una de estas ocasiones ha sido relevante para las personas que me escucharon?

¿Lo que he aprendido en cada una de estas ocasiones -de los otros ponentes, de los asistentes, del debate on-line- ha sido relevante para mí?

Estamos saturados y (mal)vivimos en un entorno hiperexcitado, desbordante de mensajes de distinto calado. Por eso me propongo hablar con aquellos a quienes puede interesar lo que a mí me interesa y no molestar al resto: no agregar ruido innecesario.

¿Y qué me interesa? En orden variable: las implicaciones sociales y económicas de la Red, el futuro de los libros y la (in)visibilidad de las mujeres. 

Continuamos.

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Epitafio

Llevo la semana pensando en mi epitafio.

Entiéndaseme bien. No hay signos (y cruzo los dedos) de que vaya a morirme en el corto plazo. Pero sí sé seguro que moriré. Entonces, de aquí a allí y en el tiempo que queda, ¿qué hacer?

Uno de los ejercicios más empleados en los procesos de definición de objetivos personales es, precisamente, imaginar el propio funeral y pensar qué dirán los allegados. «Fue un gran esposo». «No hubo nadie más comprometido con la empresa que él». «¡Mira que jugaba bien al tenis!». ¿Estamos ‘oyendo’  lo que queremos oír?

Mi generación tiene posibilidades inauditas. Los hombres -y, a la zaga pero con empuje, las mujeres- piensan sus vidas en primera persona. Ya no nos sentimos obligados a ser lo que nuestros padres fueron y podemos, en la mayoría de los casos, decidir lo que queremos ser. Pero… ¡son tantas las posibilidades!

Alguien me aconsejó una vez: «Neus, escoge bien tus batallas». Y tiene razón, porque no podemos estar en todos los frentes. No caben tantos títulos en la lápida.

Entonces: ¿cuál es la batalla? ¿Debemos necesariamente priorizar? ¿O podemos desarrollar hoy más de una identidad? Al final de todo… ¿qué habrá valido la pena?

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Citas

Octubre amanece con citas sobre mis dos temas clave:  (la invisibilidad de) la mujer y (el futuro de) los libros.

Que las mujeres somos invisibles es ya oficial. No se nos ve ni en Internet ni en ningún sitio. Y no se nos ve, entre otras razones, porque no llegamos: techo de cristal y suelo de vidrio. Al respecto el pasado fin de semana el Financial Times publicó su ranking  «FT 50 Top Women in World Business«.  La pregunta del millón: ¿cuántas de las seleccionadas hablaban castellano? (Respuesta: cero).

Por suerte apuntan iniciativas para salir del túnel. Primera cita: el próximo First Tuesday (BCN, 6 de octubre) está dedicado a las emprendedoras de Internet. Agradezco a Carlos Blanco, uno de sus organizadores,  que me haya referenciado.

Lamento no poder participar como hubiera querido. Estaré en otra cita: el eForo que se organiza en el Liber para hablar de Marketing de ebooks. Me temo que también en este cartel estamos en minoría minoritaria, pero por suerte, siempre en el Liber, coincidiré con Arantxa Mellado, Directora de la red social Ediciona.

De mujeres -de las protagonistas de Una mujer como tú, concretamente- hablaré el 22 de octubre con la escritora Esther Bendahan en el Hotel Kafka (Madrid).

Seguiremos informando.

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¿Dónde están las mujeres en Internet?

También en este caso Internet refleja la realidad: hombres y mujeres no acceden en el mismo número a la Red.

Hay más usuarios que usuarias, en la Red en general y en la mayoría de redes sociales. Sin embargo, sostengo que existe todo un mundo de grupos informales -«redes privadas»- formadas por mujeres y que no se detectan en el radar de los estudios y auditorías. Son invisibles.

Del tema me ocupo en el artículo propuesto por la revista Tecnonews y en la entrevista que me ha hecho Dones en xarxa (cat), ambos publicados esta semana.

La gran promesa digital -«la tecnología os hará libres»- todavía no se ha cumplido, pero continuo viendo en Internet una constelación de oportunidades para incrementar la visibilidad de las mujeres.

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