marzo 2009

De portadas y diseño

Un amable lector me comenta que ha encontrado otro libro con la misma portada que Un hombre de pago.

portadas

Con ésta son ya (hasta ahora) seis (¡!) las obras que comparten la Habitación de hotel de Edward Hopper como telón de fondo. Seis obras con una portada similar: toda una fuente de ingresos para el Museo Thyssen en concepto de venta de derechos.

Esta experiencia me ha marcado, en serio. Tanto como para que en Una mujer como tú aparezca un guiño a la cuestión (premio para el que lo encuentre). Tanto como para implicarme mucho más en la aprobación de las portadas de las obras que he publicado con posterioridad. Tanto como para estudiar sobre el tema y hablar con quien sabe.

Y quien sabe, de portadas y de diseño, mucho es Xènia Viladàs, consultora en Gestión del diseño y flamante ganadora del I Premio Sant Jordi a la mejor pluma sobre diseño por su Diseño rentable.

Con Xènia hemos hablado mucho de portadas y sus impresiones me han servido para documentar un texto al respecto del que pronto hablaré. Hoy quiero felicitarla públicamente por el galardón y animaros a que hojéeis el libro, que está construido como una navaja suiza y repleto de consejos sobre como abordar desde el diseño una gestión más rentable del producto y de la empresa.

 

 

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Todo el mundo necesita un club de fans

Ayer tuve un día malo, pero malo de verdad. Podría describirlo con tantas expresiones manidas y todas serían ciertas: «Las desgracias nunca vienen solas», «Piensa mal y acertarás»… En fin. Ni tiempo tenía de levantar cabeza cuando, ¡zás!, la vida -o alguien en su nombre- arreaba el siguiente mamporrazo. Y a velocidad supersónica, sí señor, y en multiformato (desde que proliferan los canales de comunicación, las malas noticias no vuelan: se teletransportan).

Me he despertado hoy pensando que todos necesitamos un club de fans, que nos apoye en momentos así y también en los buenos momentos y nos anime a progresar.  ¿Y quiénes son los fans? Bueno, los de siempre (léase familia y amigos presenciales) y los que, en lenguaje de patio de colegio, llamaré «los nuevos»: personas a las que conocemos a través de la Red pero con las que igual no hemos coincidido nunca en la presencialidad. A ambos se sumarían las personas desconocidas que encarnan la «amabilidad del extraño», como el señor que te asiste si te roban en el metro, pongamos por caso.

A propósito del club de fans de cada quien, un par de reflexiones mañaneras adicionales:

1. Hay que armar el propio club antes de necesitarlo. ¿Cómo? Mi opción personal: «Compartir es crecer».  Participando en los clubs de fans de otras personas, apoyándolas a ellas, ayudándolas a avanzar (NA: aquí el reto está en alejarse de las personas tóxicas, que reciben pero se guardan de dar).

2. Hay que saber cómo pedir ayuda y cómo aceptarla. En un entorno hiperconectado y saturado de mensajes, en el que todos nos revelamos al otro proprocionando en linea abundante información privada, en el que el concepto «amigo» ha sido redefinido por las redes sociales, en el que, en consecuencia, *mucha* gente debería conocernos *bien*, resulta especialmente difícil emitir y recibir SOS.

Dicho lo cual, voy a ver a qué amiga/o puedo apoyar hoy. Feliz día.

 

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¿Qué hace un hombre como él con un libro como éste?

La perplejidad (aparente) es el punto de partida desde el cual El último peatón construye su reseña de Una mujer como tú.

Valoro que él valore la ausencia de moralina en la novela. Me importa mucho no juzgar a los personajes ya que, si lo hago, escamoteo al lector su propio juicio, sesgándolo de partida. También valoro sus paralelismos cinematográficos, que no son buscados pero que puedo reconocer (aunque quizás no los comparta).

Y valoro muchísimo su lectura masculina de una novela sobre nosotras, «como si por un día le hubieran concedido a uno el privilegio de interpretar ciertos pensamientos o ser testigo de determinadas conversaciones, normalmente vetadas a todo individuo portador de testículos».

Gracias, Peatón. No hubo casualidades pero quizás las haya pronto 🙂

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El poder del mago

Hoy a las 19.30h y a petición de Carolina Lozano, su autora, me complace presentar en el Ateneu Barcelonès la novela El poder del mago.

Carolina también es una autora 2.0 y espero que en el coloquio con los asistentes tendremos ocasión de comentarlo.

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La semana, en resumen y en Facebook

Todavía no he decidido si ha pasado una semana o un ciclón.

En los últimos cinco días he continuado hablando de Una mujer como tú, mi nueva novela. Me fascinan las opciones de interacción que ofrece Facebook para conversar con los lectores, pero a menudo reniego de su usabilidad.  Ejemplo: ¿Cuáles son las siete diferencias entre una página y un grupo

La interface de esta red social no es intuitiva y, para más inri, el aprendizaje es en directo. Tú vas aprendiendo cómo funcionan las distintas aplicaciones y todos tus contactos van viendo como metes la pata. Esta ausencia de privacidad durante el aprendizaje me ha sorprendido. Cuando uno empieza a escribir un blog, por ejemplo, siempre tiene la opción de guardar y / o revisar antes de la publicación. Esos dos pasos están ausentes en FB. De todos modos, los pros todavía superan a los contras. Me interesan mucho las posibilidades de participación aunque parece que los amigos de «Una mujer como tú» no se animan (opción B: no son conscientes de que pueden subir libremente contenidos y comentarlos). Todo muy incipiente, sí señor.

Entonces, en plena etapa FB, el vecino va y publica su reseña de Una mujer como tú. Y, al poco, recibo los ejemplares de mi nuevo libro de Marqueting, Visibilidad, escrito en coautoría (con otras cuatro mujeres, por cierto, tema sobre el que volveré).

Total: estoy en un «momento Kate Winslet», sólo que en vez de dos películas, apoyo dos libros a la vez. Esta dualidad no estaba en absoluto planeada y obedece a la convergencia de dos calendarios editoriales independientes. Pero es lo que hay. Menuda cara pongo cuando me felicitan por el libro y respondo: ¿Cuál? Suena a pedantería y no es más que confusión.

Me voy con la frase de la semana, oída a una amigo editor esta mañana: «La lucidez es una veleidad letal». Éste podría ser, sí, un buen resumen.

 

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Primera reseña en catalán y con banda sonora

El veí de dalt (i.e. el vecino de arriba) ha publicado la primera reseña en catalán de Una mujer como tú.

Más que reseñar, el veí disecciona la novela, de forma meticulosa y crítica. Al leerla siento que me ha entendido. Y esa es seguramente una de mis preocupaciones principales como escritora: ¿Me habré explicado bien?

El veí ha entendido que «(…) el libro va de eso. De mujeres vistas por mujeres. Y de cómo éstas ven y son vistas por los hombres». Su análisis incluye un apartado dedicado a lo denomina «el estilo Arqués» (resumo: fresco y directo), concepto cuya paternidad le atribuiré en adelante.

No todo son flores. Al veí no le gusta la autoreferencia agazapada en el texto. En mi defensa alego aquí que se trata de un guiño al psicodrama vivido con la portada de Un hombre de pago, primera novela de la trilogía (tampoco está de acuerdo con la ausencia de escenas de sexo duro, debo decir).

El veí me ha hecho además el regalo de compilar e incrustar en su post la banda sonora íntegra de la novela, con audios de casi todas canciones que empleé para titular los capítulos. Por eso es de justicia que le cante: «Veí, let me guide you through the purple rain».

 

 

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Visibilidad. Cómo gestionar la reputación en Internet

VisibilidadVisibilidad es lo que todo el mundo busca. Todos queremos destacar para vender más (incluso este post busca eso): estar los primeros en buscadores, tener presencia en redes sociales, conseguir que los líderes de opinión hablen de nosotros y propaguen nuestros mensajes… Para ganar la lucha por la atención del usuario es imprescindible ser visibles.

Pero la venta depende no solo de la visibilidad, también de la gestión de la reputación. Internet es una gran fábrica de valoraciones de nuestros productos y servicios, de nuestra marca en definitiva. Escuchar y responder a tiempo las opiniones de nuestros consumidores supone la diferenciación frente a nuestra competencia y la mejora de las opciones comerciales.

Sobre todos estos temas, habla Visibilidad. Cómo gestionar la reputación en internet . Cristina Aced , Neus Arqués , Magali Benítez , Bel Llodrà y Eva Sanagustín nos hemos reunido para escribir este manual exhaustivo y práctico repleto de pautas aplicables basadas en nuestra experiencia. En él presentamos todos los formatos y su relación con la visibilidad y reputación online.

Visibilidad. Cómo gestionar la reputación en internet está editado por Gestión 2000 y estará a la venta en librerías a partir del 7 de abril pero, si quieres, ya puedes comprarlo en la web de la editorial .

Seguiremos informando en nuestros blogs, en el grupo en Facebook , en la cuenta Twitter del libro. Tienes más información, el índice y el primer capítulo en la web de libro: www.visibilidad.net.

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«Se buscan mujeres de excepción»

Este es el título del reportaje que Núria Escur publica hoy en La Vanguardia  y en el que analiza hasta qué punto los modelos femeninos propuestos por el mercado cultural reflejan a las mujeres hoy.

La periodista ha recabado la visión de la  escritora Amélie Nothomb, de la actriz Rosa Galindo (protagonista de «Las madres de Elna») y mía.  Esto es lo que le respondí a Núria y así me ha citado:

1. El mercado cultural continua reproduciendo el modelo de «princesa que pierde el zapato» y es rescatada por un -aparente-príncipe.

2. No existe una representación de la mujer contemporánea con sus aspiraciones y con sus angustias que, ante el imperativo de «llegar a todo», decide por si misma a qué y dónde quiere llegar. En general, se nos proponen modelos que no renuncian a nada y ese es, por norma, el «final feliz».

3. Las mujeres de hoy no somos visibles ni en la ficción.

Éstas son precisamente algunas de las razones por las que escribo.

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Womenomics: La economía nos necesita

Interesante reflexión de Alfons Cornella sobre el mercado y las mujeres. En su post «Womenomics» analiza como la fuga de profesionales cualificadas del mercado es perjudicial para la economía y como, debido a las tendencias demográficas, el déficit de mujeres en puestos directivos e intermedios no puede ser cubierta por otros perfiles:

«Europa, por ejemplo, sufrirá en las próximas décadas una falta notable de personal cualificado (en 2030, faltarán unos 30 millones), que no podrá suplirse con inmigración de talento, porque los países que eran fuente del mismo ya darán a su gente oportunidades (…) . Lo paradójico es que, mientras esto ocurre, la mitad de las mujeres con formación científica y tecnológica de Occidente abandonan voluntariamente sus carreras profesionales hacia los 30 años, con el aparente fin de formar una familia».

¿Por qué nos «fugamos» las mujeres del mercado? Porque la cultura corporativa predominante -explica Cornella y suscribo- premia comportamientos de «pavo real», que priman la apariencia por encima de la efectividad.  La cineasta y productora Icíar Bollaín comentaba precisamente en «El País» el pasado domingo que los eventos a los que la invitaban (y que hubieran podido proprocionarle visibilidad) empezaban después de las 18h y a esa hora quería estar en casa con sus hijos.

En un mercado hipersaturado e hipercompetitivo las empresas no pueden prescindir de la mitad de la población ( = la mitad de la fuerza de trabajo, la mitad del mercado, la mitad de los consumidores). Las mujeres, por otro lado, ni podemos ni debemos prescindir de trabajar, porque, para empezar, no hay autonomía sin autonomía económica. Por tanto, si somos entre todos capaces de crear una nueva cultura de empresa que no expulse a las mujeres, el mercado gana y nosotras también. La cuestión es cómo creamos entre todos las condiciones que lo hagan posible.
 

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Tropezando con Michael Bolton

Me he dado una vuelta por la red en busca de Una mujer como tú y ¿con quién me he encontrado?

Con Michael Bolton.

No lo sabía, pero resulta que una de sus canciones (Only A Woman Like You) se ha traducido al castellano con este título. Ya puesta, me miro el vídeoclip. Y me sorprendo: ¿dónde están los rizos de Michael?

Por este caótico camino llego a la reflexión sobre el paso del tiempo. La única canción de Bolton en mi discografía es How Am I Supposed To Live Without You en la versión que interpretó con Kenny G en una gala de los Grammy… ¡en 1990!. Claro, han pasado los años.  Bolton, a juzgar por fotografias recientes, envejece bien. Pero las melenas de los dos artistas, las hombreras, esa gala, merecen un visionado de recuerdo. Éste:

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