octubre 2008

Una mujer como tú tiene un plan

Una mujer como tú se publicará en marzo. «¡Falta mucho!», pensarás. Yo creo que no. Que no falta mucho tiempo para conceptualitzar y preparar las acciones que se pueden hacer para apoyar al libro.

Por eso en estos días nos hemos reunido con Olga (inf izq., mi editora), Ana (inf. dª), Directora de Comunicación y Alejandra (sup dª), Responsable de Marketing de la editorial Martínez Roca, para compartir ideas que ayuden a la visibilidad de la novela.

En un país en el que cada día (incluyendo sábados y domingos) se publican 220 novedades, la visibilidad es un factor determinante si queremos que los lectores -y me reitero- «vean» la novela.  Por eso estamos trabajando ya para darle un empujón.

PD: De Marketing para escritores hablaré el próximo sábado día 8 en Barcelona. La Asociación de Escritores Noveles me invita a participar en su Jornada «De novel a Nobel».

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Confesiones de una diglósica

Gonzalo me preguntaba con mucha delicadeza por qué escribo en castellano y no en catalán.  Esto es lo que creo:

Escribo en castellano porque parezco bilingüe pero, en realidad, soy «diglósica». En Sociolingüistica la diglosia alude a la situación en la que en un mismo territorio coexisten dos lenguas, una considerada prestigiosa (que sirve para transmitir conocimiento) y otra considerada popular o familiar.

Éste es mi caso. Como todos los miembros de mi generación, empleé el catalán en casa y el castellano en la escuela. La diferenciación era de obligado cumplimiento hasta el punto de que una misma persona -yo- se llamaba de dos formas distintas: «Neus» en casa y «Nieves» en el colegio.  Esta situación bipolar me llevó a expresar los afectos en catalán y a aprender el mundo en castellano.

Después, cumplidos los 13 años, mi contexto sociolingüístico empezó a cambiar, de la mano de los cambios políticos, pero para entonces una primera visión del mundo ya estaba formada. Tanto es así que recuerdo perfectamete como mi hermana pequeña, diez años menor que yo (y, por tanto, educada en castellano y catalán) me pidió que le ayudara a hacer los deberes. Teníamos que repasar «El aparato auditivo». Fui incapaz. Los términos que ella había aprendido en catalán para designar las partes del oído me sonaban a chino: yo sólo los conocía en castellano.

Es cierto que después, durante mis años en la Escuela de Traductores de la U. Autònoma, me puse al día. ¡Y cómo! Aprendí gramática, fonética y ortología. Disfruté mucho e incluso me gané la vida durante un tiempo haciendo traducciones a este idioma. Me cabe el honor incluso de haber traducido al catalán El diamant gran com el Ritz, una antología de F. Scott Fitzgerald. Digamos que tengo ahora la competencia técnica para expresarme en catalán como si fuera bilingue. De hecho, mi primer texto publicado está escrito en catalán.

Y aún así, a pesar de toda la formación adicional y de muchas lecturas, en este momento de mi vida «me sale» escribir en castellano. Siento que en algun momento esta tendencia puede cambiar. Me gustaría volver a escribir en catalán y me alegraré cuando suceda.  Como me alegraría que mis novelas se publicasen en catalán. Pero eso ya no depende de mí: depende del mercado editorial. Y la coletilla es que «el mercado no puede absorber tantos títulos en dos idiomas». Lo dejamos aquí, porque esto daría para un monográfico más allá de mi diglosia confesada.

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Valencia: siempre las personas

Esto es lo que me queda grabado de mi paso por Valencia:

– La participante que, al terminar mi intervención, se me acercó y me dio las gracias:  «Creo que ahora voy a salir y me voy a comer el mundo» -dijo.  Eso no es un comentario: es un premio.

– El empleado de Renfe que conocí al azar y que se la jugó para conseguir que, por vía de un autobús y dos trenes, una ponente exhausta llegara a casa a las diez de la noche (en vez de a las dos de la mañana, como se preveía por el descarrilamiento de un tren anterior).

– Respondiendo a Gonzalo: Mi ponencia -«Porque tú lo vales»: La nueva consumidora– está incluída en el recopilatorio Tendencias de consumo y oportunidades de negocio que publica la Oficina Pateco de las Cámaras de Comercio de Valencia. El libro puede solicitarse a través de la propia Oficina Pateco. La publicación incluye otras presentaciones sobre nuevos nichos de mercado: los niños, los residentes extranjeros en España, los transumers…

Confirmado: Uno de los grandes beneficios de ser ponente es escuchar al resto de ponentes.

 

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«Porque tú lo vales»: La nueva consumidora

Salgo hoy para Valencia donde mañana participo en la Jornada sobre Tendencias de consumo y oportunidades de negocio que organiza la Cámara de Comercio en el marco del Salón de la Franquícia.

Mi ponencia –«Porque tú lo vales»: la nueva consumidora- subraya las tensiones sociales y económicas que nos afectan hoy y la invisibilidad a ellas vinculada. Mi intención es presentar algunas de las estrategias que las mujeres empleamos para gestionar esta situación y comentar diversos casos de éxito para ver cómo una marca puede hablar a la mujer sin hacer Marketing color de rosa.

Si algun lector de este blog asiste y pasa a saludar, estaré encantada.

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«Compartir es crecer»-digo yo.

Peix&Co es una agencia singular: realiza campañas de comunicación externa e interna basadas siempre en citas célebres de mujeres autoras.

Hace un tiempo ya Gemma Cernuda, su fundadora y directora, me contactó pidiendome autorización para emplear una frase mía que le había interesado: «Compartir es crecer».

Estaba y estoy encantada de que la frase se utilice. Más que la autoría (y me halaga, seamos honestas), me importa el mensaje: cuanto más se difunda este mantra mío, mejor.

Uno de los clientes de Peix&Co seleccionó precisamente mi cita como eje de un congreso de turismo. La cita se aplicó a los materiales del congreso: a las acreditaciones, la papelería… Incluso se aplicó a elementos decorativos, como ¡globos!  Me parece un formato genial -nunca más fácil será que las palabras se las lleve el viento -y aquí dejo la prueba.

Al tema «Compartir es crecer» le estoy dando muchas vueltas últimamente.

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Por dinero o por placer: opinión de los lectores y del vecino

Animado debate éste, si señor.  Con empate. De los seis opinantes, tres se inclinan por escribir por placer y recomiendan:

  • «Escribir lo mejor posible».
  • «Pensar más en la idea del confort».
  • «Escribir por el placer de hacerlo».

Otros tres combinan placer y dinero:

  • «Un poco de ambas cosas».
  • «El placer es compatible con el deseo de ganar pasta».
  • «Escribe un best-seller para ganar dinero y lo que quieras por placer».

En esas estamos cuando el vecino de arriba anuncia en su blog que se ha leído Un hombre de pago y, con las mismas, lo reseña.  Y aunque su reseña sea ajena a esta especie de partido de fútbol que nos hemos montado, el vecino se marca un gol emocional. ¿Cómo? Pues porque leo su reseña (en catalán, aquí) y siento que me ha entendido. Que ha entendido lo que yo quería transmitir. No comparto todas sus apreciaciones (veí, que no és autobiogràfica, home!) pero me fijo en qué frases ha destacado, en cómo ve a los personajes, en su interpretación de la trama y en las preguntas que se formula y pienso: Lo-ha-cla-va-do.

Por esta reseña y otras que, afortunadamente, se han publicado, me inclino por el escribir por placer.  No veo cómo podría sostener una trama en la cabeza tanto tiempo si no me interesara. Nadie me pone una pistola en la sien y me dice «Arqués, ¡escribe!». Por lo tanto, es necesaria una motivación interior que no se compra con dinero.  Los que escribis sabéis seguro de las tardes que estás dale que te pego y cierras los ojos y ves pasar por delante, como si fueran las cerezas de la máquina tragaperras, todas las opciones alternativas (familia, lectura, cine, …) a estar sentada frente al ordenador y resistes y tecleas, resistes como si estuvieras a dieta y te plantaran bajo la nariz una sacher de chocolate.

Aún así, el partido no ha llegado al final, me temo. Continua siendo necesario encontrar vías de visibilidad para que la conversación surja y se expanda.  Para que el libro se vea. Para que te toque la lotería.

Si fuera el caso con Una mujer como tú, están todos invitados a una copa. Por reseñar y por compartir. Queda dicho.

 

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¿Por dinero o por placer?

Continuando con mi ronda de encuentros editoriales, ayer por la tarde me reuní con un amigo librero para hablar de nuestros respectivos proyectos futuros.

Su visión de la cadena de valor editorial me confirmó lo que ya sabíamos: el editorial es un mercado (no una ONG), la participación de los diversos agentes (editores, distribuidores, comerciales, libreros, medios de comunicación) está (des)coordinada, existen «modas» (véase al respecto el suplemento «Culturas» de La Vanguardia ayer, sobre el auge de la novela histórica).  Conclusión: conseguir que un libro se venda es más improbable que ganar la lotería. La probabilidad disminuye si el libro en cuestión es novela.

Oído lo cual, esta autora se pregunta si tenemos que guiarnos por el mercado o por el placer. ¿Cómo decidimos qué escribir? ¿Nos esforzamos en tomarle el pulso al mercado, con la esperanza de tener así más boletos de lotería? ¿O pasamos de todo y escribimos aquello que nos llama?

La respuesta tradicional es la de dejarse llevar por la voz interior y escribir por placer. Esa es quizás la zona de confort, la respuesta intuitiva. Escribir cueste lo que cueste. Pero escribimos para ser leídos y el lector encuentra nuestro libro en un mercado. ¿Entonces?

Se me dirá que existe un amplio espectro de posibilidades, desde el oscurantismo purista al best-sellerismo «caiga quien caiga». Y es en ese espectro donde cada quien tiene que posicionarse.

No es fácil, no.

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Marca personal: Cómo convertirse en la opción preferente, de Andrés Pérez

El título de este post es el del último libro de Marca personal que ha caído en mis manos, por cortesía de su autor, mi colega Andrés Pérez.

Andrés y yo empezamos a conversar sobre Marca y Marketing personal por allá el año 2005.  Para ambos fue un alivio saber que otro profesional se interesaba sobre este tema y que podíamos compartir inquietudes y oportunidades, en un esfuerzo común por presentar la Marca personal como una opción estratégica de posicionamiento individual.

Andrés ha trabajado el tema con detalle hasta destilar su propio método ADN de marca personal: Análisis/Diferenciación/Notoriedad. El método se describe en el libro, que te recomiendo, pero antes Andrés realiza una sólida presentación del concepto de marca personal, de sus orígenes. Argumenta por qué en una situación económica como la actual todos, asalariados y empleados por cuenta propia, debemos definir y proyectar el propio posicionamiento. Se acabaron los años dorados de jubilaciones con relojes de oro: hoy la seguridad laboral es una entelequia y sólo conociendo el propio valor podremos negociar en las mejores condiciones.

Del libro de Andrés me interesa en especial una faceta: el impulso de la marca personal desde el Departamento de Recursos humanos de una empresa. Andrés es crítico con determinados libros de gestión -«absurdas historias sobre quesos, hadas y brújulas» (pag. 56).  A éstos contrapone su visión de los profesionales en la empresa como eje central de la actividad de la misma,  desde una perspectiva 100% humanista que permea todo el libro.

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Oído barra

Esta mañana me he reunido con Fèlix Riera,  Director editorial de Grup 62.

La ocasión la pintaban calva para intentar descubrir cúal es el ingrediente que hace que algunas novelas adquieran mucha visibilidad en un mercado hipersaturado. Riera, del tema, sabe mucho. Entre los «tropecientos mil» editoriales y sellos que coordina, este año se han apuntado dos Harry Potters, «El niño con pijama de rayas» y unos cuantos éxitos más en catalán, un mercado con un número de lectores potencial en principio modesto. 

Yo pensabla que el quid estaba en el género, como si se tratara de modas: «esta temporada se lleva la novela histórica». Riera me ha venido a decir, sin embargo, que es el autor y no el género el que determina el éxito de una novela.

Para pensar.

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Cuatro preguntas de órdago

Una de las experiencias más emocionantes como autora es «ver» cómo los lectores hacen suya la novela.

Dsdmona acaba de publicar su visión de Un hombre de pago en su blog. Y debo decir que su mirada no ha pasado nada por alto. Para muestra, la relación de preguntas que ella se formula a raíz de su lectura:

«¿Se puede trabajar en el sexo por pago y tener una vida sentimental normal?¿Se puede transformar una relación comercial basada en sexo en una de otro cariz?¿Por qué los hombres a partir de cierta edad sólo se fijan en las mujeres con veinte años menos?¿Por qué las mujeres de cierta edad tienen tendencia a parecer más jóvenes?».

Las dos últimas están, a mi entender, en el orígen de todo este lío que unos y otras nos llevamos entre manos.

El debate continua abierto.

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