De sujetadores y privacidad

El año empieza en Facebook (FB) con un curioso viral (por no llamarle hoax) que anima a las usuarias a escribir en su muro el color de su sujetador. Objetivo ( y cito): «Veamos hasta donde llega… hasta donde podemos transmitir y expandir el juego, y concienciar a la gente sobre el cáncer de mama, mientras dejamos q los chicos se pregunten por q tenemos un color en nuestro “status”».

Me ha sorprendido el número de amigas en FB que se han lanzado sin pudor a anotar un dato privado (el color de la lencería) en un espacio público, en aras de una causa no especificada. ¿De verdad pensamos que anotando «beige» vamos a concienciar a alguien sobre el cáncer de mama?

Este strip-tease general no me parece buena idea. Creo que cuando Mark Zuckerberg, fundador de FB, sale a la palestra hablando de que la privacidad ya no es una norma social tenemos un problema. Está claro que a FB le interesa extender esa creencia, porque las redes sociales viven de minar nuestra información personal. Y a los usuarios igual no nos hace tanta gracia.

Amigos, amigas en FB y lectores casuales: cuidar vuestros datos personales.  La privacidad (entendida como «ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión» – RAE) es un recurso en vías de extinción. Hay que matizar la idea de la gratuidad en Internet. En la Red, las cosas no son gratis. Google no es gratis, FB tampoco: pagamos con nuestra información. Y como todavía no sabemos gestionar bien esta nueva moneda, pagamos de más, igual que cuando viajamos a un país exótico que emplea una moneda distinta a la nuestra y nos perdemos al hacer la conversión.

Repito aquí mi mantra: No digas en FB lo que no dirías en un bar.

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6 comentarios en “De sujetadores y privacidad”

  1. Pingback: Tweets that mention Neus Arqués. De sujetadores y privacidad -- Topsy.com

  2. Cuánta razón! Cuánta reflexión! Cuánto poder tiene ese mantra.

    Es la primera vez que comento, pero te sigo desde hace tiempo. Enhorabuena por el blog, por tu trabajo, por tu divulgación y…SIgUe ASI!

    PD- Aunque yo sí puse el color unas horitas 😉

  3. Hola Neus,

    Aunque sigo tu blog desde hace tiempo hasta hoy no me había lanzado a escribirte (de hecho te escribí un comment, pero creo que no ha llegado).

    Sólo decirte que estoy totalmente de acuerdo con tu mantra, con todo lo que dices en el post AUNQUE tb confieso que yo sí me puse «MALVA» en mi estado (y tampoco dije la verdad), era un juego. En Palma de Mallorca se publicó a nivel prensa este «juego» seguido por muchas mujeres.
    Duró lo que duran 2 peces de hielo en un whiskey on the rocks ;-): en 24hrs todas teníamos algo mejor que poner que el color de nuestro sostén.
    Así que no me quedó claro el motivo por el cual lo hicimos: para concienciar, para divertirnos o para hacer lo mismo que hacen mis compiFB

  4. Comento con retraso.

    Me gustó tu reflexión. El hecho en sí es anecdótico (como lo son tantas cosas que comentamos con ligereza, aunque sea en un bar o en la oficina) pero los aspectos que surgen en tu análisis tienen peso y abren, como siempre, ventanas hacia la comprensión de un tema que evoluciona ante nuestros ojos sin que prestemos mucha atención.

    Efectivamente… damos datos, nos exponemos, nos abrimos… Damos todo esto con gratuidad, tal vez devaluándolo, porque antes la intimidad y nuestra vida privada era algo que pertenecía a quien lo conquistaba. Hoy lo regalamos. Pero ¿que hay detrás de esa pulsión por ofrecer este trozo de nuestras vidas? Sospecho que las motivaciones son las mismas que nos llevan moviendo en el terreno social desde hace siglos: formar parte, estar, hacer ruido, no ser invisibles, conectar, sentirnos cerca de alguien, parte de algo… ¿Un placebo? Tal vez esta ventana a las conexiones frugales sean como la comida rápida o un consuelo aparente e instantáneo ante el miedo a la soledad.

    Esta línea de reflexión me parece también interesante. Iremos viendo, ¿verdad?

    Un abrazo.

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