Escritura

¿Cabe todo en tu marca? La respuesta es: SÍ

marca personalEl mercado premia la especialización: se nos pide que seamos muy buenos en algo.

Vivimos encorsetados en un modelo vertical, en el que vamos subiendo peldaños de lo mismo.

Pero no somos lineales: somos creativos y esta exigencia nos limita.

Todos somos creativos. Lo que varía es la expresión de nuestra creatividad.

Son personas creativas las que trabajan en las llamadas industrias creativas, que incluyen desde actividades tradicionales, como la joyería o el diseño a nuevos subsectores como el desarrollo de videojuegos.

Por otro lado, también son creativas aquellas personas que desarrollan actividades creativas como proyectos paralelos. Estos no son su fuente de ingresos principal o quizás ni siquiera generan ingresos. Pero la ausencia de valor crematístico no elimina su valor competencial.

De forma profesional o no, todos somos creativos.

¿Cómo podemos insertar en un mercado lineal nuestros proyectos divergentes? Queremos presentar simultáneamente nuestras capacidades en distintas áreas sin tener que crearnos perfiles en serie.

La solución es multifacética.

Una parte del cambio tiene que venir de las plataformas de empleo, que deberían flexibilizar sus modelos de currículum para hacerlos transversales en lugar de verticales. Desde aquí me pongo a disposición.

Mientras eso sucede -esperando que suceda- la salida al corsé nos la dará en primera instancia la propia creatividad.

La marca personal, en tanto que personal, es creativa por naturaleza. El reto es cómo integras la creatividad en tu marca para mostrarla al mundo de forma plena y no segmentada.

Si tienes intereses múltiples y/o crees que tu marca personal está estancada, te espero en el Taller Explora tu creatividad y escribe tu Marca personal, el viernes 17 de enero en Barcelona.

 

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La palabra clave del año

palabra claveEspero que hayas tenido buen inicio de año.

Hace unos cuantos estrené una tradición que comparto contigo.

Del mismo modo que Pantone escoge el color del año (para el 2020 el 19-4052 Classic Blue), cada primero de enero escojo una palabra que me sirva de guía en los doce meses que siguen.

Cada vez estoy más convencida de que las palabras ejercen un efecto clarificador muy poderoso si nos tomamos el tiempo para encontrar la que mejor describe aquello que queremos expresar.

La palabra del año viene sola. Se aparece y destaca de entre los pensamientos, como si hubiese estado agazapada, esperando su oportunidad para salir a la luz.

Estas son algunas de las palabras clave que me han guiado en otros años: ilusión, respeto, prosperidad. Para el 2020 me acompaña verdad.

¿Qué te viene a la cabeza si piensas en el año que comienza? Invita a tu subconsciente a la mesa. Haz una lista de un tirón y marca la o las palabras que más te llamen la atención.

El fotógrafo Miguel Trillo, conocido por sus retratos de la Movida y filólogo de formación, lo sintetizó así:

«Una palabra es una imagen camuflada entre letras».

La palabra que elijas evoca la imagen que te guiará a la hora de escoger y desarrollar los proyectos más interesantes para ti este año.

¿Cuál es tu palabra clave? Te invito a compartirla en los comentarios.

Save The Date: Si te gusta escribir y el 17 de enero estás en Barcelona, te propongo una tarde dedicada intensamente a explorar tu creatividad y escribir tu Marca personal. Date un espacio para repensar tu propuesta de forma distinta, más acorde con quien tú eres. Inscríbete al Taller en este enlace. Si puedes, quieres.

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Las personas, los personajes y la Polaroid

A veces la gente te sorprende: hace o dice cosas que no esperabas.

La clienta que nunca te atiende encarga el mejor pedido del trimestre. El colega en quien tanto confiabas ha resultado ser un tiburón tóxico. Tu primo, por el que nadie daba un duro, ha vendido su segunda empresa por una fortuna.

Cuando una persona de tu entorno no actúa de la forma habitual o esperada, redefine tu escenario. Lo que tú creías saber deja de ser operativo. Te habías formado una opinión que ahora se tambalea. Y eso te descoloca, porque para gestionar, primero necesitamos entender.

Para entender podemos recurrir a la escritura.

Nos puede ayudar pensar en las personas como personajes. Eso es lo que hacemos los escritores. Un escritor viene equipado con una curiosidad de serie. Cuando construye un personaje para su novela, su primera misión es entenderle: ¿Qué le ha pasado a la protagonista en la vida? ¿Con quién se relaciona? ¿De qué tiene miedo?

Si nos tomamos el tiempo de responder a esas preguntas podemos articular cuál es su motivación. Y eso es fundamental, porque la motivación del protagonista es el motor de la trama. Lo ves en las novelas o en las series: te enganchan porque estás pendiente de las reacciones de los personajes.

De la misma manera, analizar la motivación de las personas que influyen en tu vida personal y profesional te ayudará a comprender el escenario en el que actúas. Ante un cambio de contexto, es buena idea dedicarse al otro para entenderle mejor.

Ese no es un proceso instantáneo. Como escribió Anne Lamott, «llegar a conocer a tus personajes es como revelar una Polaroid: lleva su tiempo». A mí desde luego me parece que es un tiempo muy bien invertido.

¿Cuál es tu experiencia? Gracias por compartirla en los comentarios a pie de post.

La próxima semana se celebra en Kosmópolis. Yo intervengo el viernes 22 en este taller.

La ilustración es obra de Malika Favre

 

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Desatasca tu marca personal con este ritual

Desatasca tu marca personal
Todos tenemos días malos. Días en los que no das una, en los que parece que cualquier iniciativa que te propongas está destinada al fracaso. En los que sientes que no estás logrando tu propósito y que probablemente no lo lograrás jamás. Días en los que no encuentras el camino y te quedas tirado en la cuneta.

Has hecho un gran esfuerzo para identificar tu talento y  gestionar tu marca y ahora sientes que no ha servido de mucho y que no sabes qué hacer .

Todos nos atascamos. Para esos días de atasco te propongo un ritual simple pero eficaz. Sólo necesitas veinte minutos de tranquilidad para encontrar una nueva perspectiva y ponerte otra vez en marcha, distinguiendo con claridad tus opciones.

Yo lo llamo “mi ritual de marca”. Este ritual emplea un proceso tan accesible como la escritura y lo convierte en una poderosa herramienta de reflexión.

Funciona así.

Instálate con toda la comodidad que sea posible y desconecta la mensajería instantánea. Prepárate para escribir.  Yo prefiero reflexionar a mano pero si estás habituado al teclado, teclea.

A continuación responde, de la forma más espontánea y sincera posible, a las tres preguntas que siguen. No te obsesiones con el estilo, o con la sintaxis. No estás escribiendo para otros: escribes para aclararte tú.

Las tres preguntas son deliberadamente vagas. No busques la respuesta precisa. Su misión consiste en ponernos a pensar. Si una de las tres preguntas te llama más la atención, céntrate en esa. Seguramente intuyes que tu atasco puede centrarse en esa área.

Las tres preguntas

¿Siento que estoy alineado/a?  Aquí puedes escribir sobre cómo encajan tus proyectos con tus valores. O tu empresa con tus objetivos. O referirte a la conversación que tuviste ayer con tu colega en la que viste que no coincidís. Escribe sobre cómo te sientes al respecto.

¿Me estoy dirigiendo al interlocutor adecuado?  Si tengo claro mi propósito, si sé cuales son mis objetivos, ¿se lo estoy contando a la persona, empresa o institución correcta? ¿Estoy enviando mi mensaje al mejor destinatario o me he equivocado y estoy hablando con una persona que no tiene interés o capacidad de acción?

¿Funciona mi estrategia o la reviso? Puede que estés alineado/a, y que hayas identificado correctamente a tu público. Y que aun así te desesperes por la falta de resultados.  ¿Estás dirigiéndote a ese interlocutor o público por su canal preferido? ¿Qué puedes cambiar? ¿Puedes probar otros formatos? ¿Puedes revisar los conceptos y las palabras clave?

Verás que veinte minutos de escritura meditativa dan para mucho. Cuando termines, relee lo escrito y marca las palabras, las frases, las ideas que te llamen la atención. Síguelas para ver dónde te llevan. Aparecerán nuevos nombres, o cambios de objetivo. Puede que te plantees un cambio de formato. O que se te ocurra pedir una entrevista con un cliente. Sea lo que sea, el atasco quedó atrás.

Este ritual, que puedes emplear cuando estés atascado o simplemente para ir haciendo seguimiento, te centra. Al responder a las preguntas, centras la reflexión en aquello que importa: la marca, la posición y la estrategia. Y lo hace de forma sencilla e intuitiva.

También podemos desatascar juntos tu marca en una sesión privada.

Gracias por comentar y compartir.

Las varitas mágicas que ilustran esta nota proceden de este pin.

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La marca personal, el balance y la respiración

La NASA auspicia, a través del Jet Propulsion Laboratory, el proyecto «Visiones del futuro», que se propone familiarizar a los terrícolas con los planetas. Diversos ilustradores, asesorados por ingenieros y científicos, han diseñado una colección de pósters muy llamativos destacando visualmente los distintos atractivos planetarios, como los dos soles de Kepler 16b.

Que la colección incluya la Tierra me sorprendió: ¿para qué fijarnos en un planeta que ya conocemos? El eslogan lo aclara todo. Junto a la imagen -una acaramelada pareja de astronautas disfruta, sin casco, de las vistas- leemos:

La Tierra, tu oasis en el espacio. Un lugar donde el aire es gratis y respirar es fácil.

«Respirar es fácil.» Al leerlo pensé que a menudo no valoramos lo que tenemos (el aire) o logramos (respirar).

Eso se aplica también a la marca personal. En la recta final del año, nos lanzamos de cabeza a escribir los Grandes Propósitos para un tiempo más o menos lejano. A veces nuestras aspiraciones empañan el cristal del presente y nos olvidamos de los logros. Además de prospectiva, hagamos balance, destacando los proyectos que nos han interesado más y las experiencias que repetiríamos sin dudarlo.

Si nuestra marca se construye sobre los puntos fuertes, fijémonos en aquello que se nos da bien, incluso si pensamos que no requiere mucho esfuerzo. Que nos resulte sencillo o agradable no significa que no sea valioso. Si hablamos de marca personal, recordemos que respirar es fácil. Aquello que te resulta innato fortalece tu marca.

En mi propio balance, este año ha sido claramente literario, con la publicación del Curso de escritura para mujeres muy ocupadas, para que otras escritoras se animen, y el Premio Marta de Mont-Marçal por Caída libre. También he estrenado Depredador, mi primera serie de suspense. El año próximo será de nuevo tiempo editorial de Personal Branding… pero eso es el futuro.

En el solsticio, dicen, conviene mirar cerca.  Además de pensar en los días que vendrán, importa aprender de los que ya fueron. Es el momento de mirar la vida -y la Tierra- con la nariz pegada a la ventana.

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Depredador: De la idea a la serie

 ¿Te gustan las series? ¿Has pensado alguna vez qué pasos mentales hay que dar para desarrollar una serie de diez episodios partiendo de cero?

En este post te cuento cómo escribí Depredador, la serie que esta semana se ha estrenado en Storytel.

La historia comienza así.

Hace unos meses se puso en contacto conmigo Storytel, una plataforma que ofrece audiolibros a sus suscriptores. Storytel es el Netflix de los audiolibros: por una cuota mensual, escuchas todos los que quieras.

Me propusieron que escribiera una audioserie original para su plataforma. El reto de escribir una historia concebida para ser escuchada me interesó y acepté.

La primera pregunta que me planteé fue: ¿Sobre qué quiero hablar?

El tema salió enseguida. Quería explorar la distancia entre el Bien y el Mal: ¿Quién es bueno o malo? ¿Es suficiente con respetar un único mandamiento – “No matarás”?

Para responder a la pregunta, necesitaba un marco.

Escribir me permite investigar y preguntar sobre temas poco conocidos, en este caso sobre una afición invisible, discreta y obsesiva: la caza de especies protegidas. Gracias al esfuerzo de documentación para Depredador he aprendido muchísimo sobre cornamentas; también sobre tatuajes o sobre cómo razona un psicópata.

Porque el otro punto fundamental que ancla una serie son sus personajes. Los personajes tienen marca personal: cada uno tiene un propósito y unos valores, que lo contraponen al resto.

Depredador nos cuenta la historia de Amelia, una alcohólica en rehabilitación que sospecha que su mejor amiga ha muerto asesinada. Amelia es la anti-heroína por excelencia. Busca su lugar en un mundo que no es el suyo. Está harta de que su marido sea un sosaina y de que su amante siempre esté fuera, cazando. El depredador, por su parte, espera el mejor momento para atacar.

Esta es la conclusión: A veces la distancia entre el bien y el mal es más corta de lo que creemos.

Y ésta es la primera frase del primer episodio:

«De esta noche no pasa».

Puedes escuchar Depredador en este enlace. Si no eres suscriptor de Storytel, también puedes escuchar la serie, aprovechando la posibilidad de probar la plataforma de forma gratuita durante 14 días.

 

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Cómo superar tu bloqueo creativo

 Todos pasamos por momentos de bloqueo creativo durante los que no sabemos qué decisión tomar, qué camino seguir, o cuál es el tema en que deberíamos estar trabajando. Esos bloqueos afectan tanto a profesionales que empiezan como a veteranos. Ni la juventud ni la experiencia son el antídoto.

La vía más común para salir del atolladero es buscar una respuesta lógica. Analizamos las opciones a nuestro alcance. Podemos hacer listas de pros y contras, emplear DAFOs u otros sistemas de evaluación racional que nos proporcionen argumentos suficientes para actuar de una vez por todas.

Esta vía analítica a veces funciona y otras no. Ves claramente sobre el papel cuál es tu mejor opción… pero incluso viéndola, no resuena. Vuelves a la parrilla de salida e intentas encontrar nuevos argumentos. Entras entonces en la parálisis por análisis.

Para complementar la vía analítica o porque el análisis no nos ha dado la claridad esperada, puedes recurrir a una alternativa tremendamente eficaz y que emplea un recurso al alcance de todos: puedes recurrir a tu subconsciente.

No se trata de hacer experimentos extraños. Se trata de escucharlo.

Parto de la base de que salir de un bloqueo no requiere disciplina: requiere creatividad. En realidad, si supieras qué hacer, ya lo habrías hecho. Por lo tanto, lo que necesitas es mirar la cuestión con otros ojos.

Esa nueva mirada te la da tu cerebro… a primera hora de la mañana. ¿Por qué? Dicen los expertos que, durante la noche, el cerebro actúa de forma errática y realiza nuevas conexiones. Mezcla las piezas y las agrupa y reagrupa como si fuera un caleidoscopio.

Puedes aprovechar estas nuevas posibilidades que tu cerebro ha formulado mientras duermes. ¿Cómo?

Diez minutos antes de acostarte, hazle un encargo. Pon por escrito la pregunta o el dilema que te está bloqueando.

Vete a dormir.

La pregunta que has anotado hace las veces de sabueso que lleva al cerebro de un sitio a otro mientras tú duermes plácidamente.

¿Y cómo conocerás la respuesta?

Al despertar, antes de mirar el móvil, antes de ducharte, antes de cualquier otra cosa, cuando todavía estás en duermevela, saca tu cuaderno y comienza a escribir sin parar y sin pensar. Escribe literalmente lo que te pase por la cabeza. En esta nota te cuento más sobre la escritura automática.

En el batiburrillo de frases que saldrán, podrás vislumbrar ideas extrañas y locas. Puede que alguna, de puro insólita, te haga ver un camino donde antes solo veías un muro.

Las conexiones no lineales son una fuente increíble de inspiración, Sirva de ejemplo mi novela, Caída libre. En este artículo explico cómo surgió la idea para la trama (Spoiler alert: No tiene que ver con escribir, sino con buscar piso).

¿Funciona?  Por mi experiencia puedo decirte que sí, y que con la práctica vas afinando el proceso que mejor se adapta a ti. Tú verás en qué momento, sobre qué papel, si hay algún espacio en el que escribes mejor…  Lo importante es la pregunta. A Thomas Edison, el inventor de la bombilla, me remito. Suya es la frase: «Nunca te acuestes sin hacerle una petición a tu subconsciente».

Para realizar este ejercicio de pregunta subconsciente solo necesitas un cuaderno, un bolígrafo y un pijama. En la fuerza de tus propias palabras encontrarás la respuesta creativa a tu bloqueo.

Pruébalo y me cuentas.

PD: La imagen procede de este pin.

 

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Cómo distraerse durante veintinueve años

«Mi gran pasión es escribir».

Una declaración de intenciones tan rotunda indicaría que su autor o autora conoce perfectamente cuál es su propósito.

La autora soy yo. Anoté esta declaración de intenciones en mi primer diario. Tenía trece años.

Acto seguido, dejé el diario durmiendo en el cajón.

Publiqué mi primer libro a los cuarenta y dos.

¿Por qué necesité tanto tiempo para hacer aquello que tan claro veía? Lo cierto es que durante veintinueve años hice de todo para NO escribir.

Para no escribir lo que quería cursé dos carreras universitarias -y sólo uno tenía que ver con las palabras. Terminé una tesis de máster (ahora que están tan de moda) sobre Política internacional. Redacté los discursos de mis jefes. Fundé mi propia empresa y preparé innumerables planes de comunicación para mis clientes.

Durante veintinueve años todo se confabuló –o eso me decía a mí misma- para distraerme de mi propia convicción adolescente.  Es más fácil hacer lo que menos nos cuesta, en lugar de lanzarnos a por lo que más nos gusta.

Todo estaba en orden. Todo, salvo el runrún de la insatisfacción. Si el tiempo se me pasaba defendiendo proyectos, ¿era esta la vida? ¿O un sucedáneo? Un día, el Universo y yo coincidimos en que estaba en un camino que no era el mío. No era un mal destino: sencillamente no era el camino que estaba llamada a recorrer.

¿Significa esto que los veintinueve años fueron tiempo perdido? En absoluto. He tenido mucho tiempo para aprender. Aunque no escribía lo que quería, escribía y, lo que es más importante, leía.  Lo que te aseguro es que, hasta que no hagas lo que has venido a hacer, la vocecita no te va a dejar en paz. Hoy me parece una suerte que esto sea así, porque es precisamente esa voz insidiosa que nos tira de la manga la que nos recuerda el propósito.

La ilustración de esta entrada es de MissCherryBooks partiendo de la portada de mi novela Caída libre.  Me identifico hoy con el sosiego de la mujer que sostiene el libro en sus manos. ¡Muchas gracias!

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Orbita tu vida

Esta semana celebramos el solsticio: según el hemisferio en que te encuentres, hoy vivirás la noche más corta o más larga del año.

Esta semana cumplo 55 años. Han pasado cinco desde que comencé mi proyecto Vive 50. Lo terminé, lo escribí, lo publiqué y se ha convertido en un Club.

Esta semana se cumplen 50 años desde que Valentina Tereshkova se convirtiera en la primera mujer en orbitar el espacio exterior. Tereshkova salió de misión sin saber si regresaría pero, a pesar de la precariedad de medios, regresó.

Nosotros también regresamos: a nosotros mismos. El solsticio es un buen momento para valorar lo que hemos hecho y decidir qué queremos dejar de hacer.

Estoy satisfecha con este año.

He publicado un libro para animar a las mujeres muy ocupadas a escribir (los hombres son bienvenidos).

Mi novela Caída libre ha ganado el premio Marta de Mont-Marçal. Esta semana se ha hecho pública la cubierta (la puedes ver en este enlace). La novela está protagonizada por una mujer de mi edad: si queremos ser visibles, tenemos que escribir nuestros propios papeles.

Estoy terminando el guion para una audio serie Original de Storytel. El proyecto ha supuesto un reto importante: el formato es nuevo (escribir para ser escuchado) y el tema es oscuro.

Continuo disfrutando mucho con mis conferencias y clases, aquí y este año también en Perú, sobre Gestión de la visibilidad y ahora, además, sobre la relación entre la escritura y la gestión.

He tenido la alegría de ser maestra de ceremonias de la promoción 2014-2018 de Ciencias Políticas y Sociología de la U. Autònoma de Barcelona, que es mi alma mater.

Si me pregunto qué quemaría de este año, concluyo que pocas cosas. Quemaría sobre todo los miedos, propios y ajenos.

El antídoto al miedo, una vez más, lo encuentro en las palabras del mitógrafo Joseph Campbell:

Follow your bliss. Persigue la felicidad.

¿Por qué?

Así explicaba Campbell la razón de este consejo:

«Si persigues la felicidad, te sitúas en una especie de camino que siempre ha estado ahí, esperándote, y la vida que deberías vivir es la que ya vives. Cuando entiendes eso, empiezas a conocer a personas que se encuentran en tu campo de felicidad y esas personas te abren puertas.  Persigue tu felicidad y no tengas miedo y verás como se te abren puertas cuya existencia desconoces».

El solsticio es un buen momento para orbitar tu vida. ¿Con qué te quedas? ¿Qué quemarías tú?

La imagen es de la ilustradora Malika Favre.

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Cómo gestionar el correo electrónico

Una de las tareas que más tiempo nos lleva es la gestión de los correos electrónicos. Buscar contactos, hacer seguimiento de proyectos, cuadrar la agenda…. El modo como gestionamos la bandeja de entrada incide directamente en nuestra productividad.

Atender todos los emails que recibimos cada día es una tarea hercúlea y archivarlos resulta directamente imposible. ¿Los borras? ¿Los dejas? ¿Los utilizas de guía para saber qué has resuelto ya y que no has solucionado todavía? ¿Conviene apuntarse al Inbox Zero, la teoría que propugna que cuando termina la jornada, tu bandeja de entrada tiene que estar completamente vacía?

Éstas son algunas de las alternativas para gestionar con mayor agilidad tu correo:

  • Lees y borras.
  • Lees y actúas.
  • Lees y archivas a Pendientes, si la tarea no es de ejecución inmediata.
  • Lees y guardas en una macro carpeta llamada «Archivo general».

Lo que no puedes hacer, porque te consumiría un tiempo excesivo, es categorizar los correos por asuntos, proyectos, o temas. Si quieres ganar en productividad, no archives tus mails.

¿Preparación u oportunidad?

El psicólogo Steve Whittaker realizó una investigación sobre la manera como los usuarios buscan en su correo electrónico información ya existente (refinding). Para ello, instaló un sistema de seguimiento en los ordenadores de los 365 participantes (con su permiso). La investigación computó 85.000 intentos de encontrar un email determinado. Algunos lo buscaban en carpetas donde lo habían archivado previamente (enfoque preparatorio). Otros empleaban la barra de búsqueda de su gestor de correo (enfoque oportunista).

De acuerdo con la investigación, la tasa de éxito fue la misma para ambos enfoques: los participantes que habían archivado el correo en una carpeta y los que recurrían a la función de búsqueda. Sin embargo, pero el tiempo de gestión invertido fue mayor entre los que recurrieron al enfoque preparatorio, porque previamente tuvieron que crear las carpetas donde pensaban archivar, categorizarlas…

El título de este paper es “¿Organizar el correo es una pérdida de tiempo?” La respuesta es sí.

Cómo encontrar si no archivas

La clave del enfoque oportunista (recorrer a la función de búsqueda en vez de archivar) está en las palabras. Para obtener una mayor tasa de éxito (y encontrar ese email que necesitas) es importante titular bien el campo «Asunto», de forma que sepas exactamente qué información contiene el correo. El asunto funciona como etiqueta descriptiva del contenido y te orienta respecto de qué encontrarás en ese email concreto.

Gracias por comentar esta nota y compartir tu experiencia a pie de post.

La ilustración es de Oleg Frolov .

 

 

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